Alimentación y salud
La alimentación es uno de los factores más importantes en lo que al desarrollo y bienestar físico se refiere. Pero también en lo referente a la salud, al rendimiento y productividad de los seres humanos y de las colectividades, y sus posibilidades de desarrollo futuro. Dieta y necesidades nutritivas están estrechamente relacionadas con la forma de vida de los individuos en su entorno natural.
A lo largo de la historia, en las diferentes culturas, la alimentación se ha caracterizado por multitud de condicionantes (aspecto físico de los alimentos, factores psíquicos, sociales, económicos, culturales, religiosos, etc.). Sólo recientemente (siglo XIX) se ha comenzado a centrar el interés en la relación entre dieta y su posible influencia sobre la salud.
La sociedad actual muestra un interés creciente por los problemas de nutrición y alimentación (queremos vivir más y en mejores condiciones, nos preocupamos más por la imagen).
Dicho interés va acompañado de una enorme cantidad de mitos y creencias erróneas. Esta confusión procede tanto del bagaje cultural como de los intereses de la industria y de una deficiente comunicación entre científicos y público.
El siguiente cuadro ilustra las relaciones entre los distintos implicados.
El porcentaje de presupuesto que se dedica a la alimentación es indicador del nivel de desarrollo de un pueblo (a mejor nivel económico, menor es el porcentaje que se dedica a alimentación y viceversa). También el tipo de alimento que consume la población indica su nivel de desarrollo.
Todos los países elaboran políticas nutricionales que, desgraciadamente, se centran más en aspectos económicos y políticos que en el interés por la salud de la población.
El objetivo global de toda política nutricional debería ser no sólo proporcionar alimentos a la población, sino también valorar el impacto de la dieta sobre la salud y fomentar dietas saludables.
Hasta ahora, la mayor parte de las decisiones y actuaciones en materia de nutrición se han basado en consideraciones económicas y de mercado y en la conveniencia política. El resultado han sido pautas de producción que no tienen en cuenta las necesidades y la fisiología humana. Con la debida planificación será necesario en el futuro, que los productores modifiquen dicha producción de modo que se sitúe en la misma línea de los objetivos de las nuevas políticas nutricionales.
La Nutrición es la ciencia que analiza la alimentación en relación con la salud. Los alimentos en unas ocasiones pueden evitar la aparición de enfermedades y en otras ocasiones predisponer a las mismas.
A partir de la observación de enfermedades por carencia de ciertos nutrientes (escorbuto y vitamina C, etc.), la nutrición ha evolucionado a temas más complejos. Es evidente la relación entre factores nutricionales y ciertas enfermedades muy comunes. De hecho la alimentación juega un papel relevante en numerosos procesos crónicos, los más importantes relacionados con la susceptibilidad de intervención a través del consejo dietético son: cardiopatía isquémica, accidente cerebro vascular, hipertensión arterial y diabetes mellitus además de la obesidad. También participa en el desarrollo de otros problemas (algunos cánceres, osteoporosis, estreñimiento, anemias, etc.).
Se sabe que la modificación de los hábitos alimentarios llevándolos a patrones más saludables, puede contribuir notablemente a la disminución del riesgo de sufrir cierto número de enfermedades, y de disminuir las complicaciones en otras.
No hay datos de mortalidad directamente atribuibles a una alimentación inadecuada, pero se estima que un tercio de las enfermedades crónicas pueden deberse a trastornos de la alimentación.
Hoy la nutrición centra su atención en una nueva definición de salud como prevención de la enfermedad, en la cuál la alimentación juega un papel fundamental.
Desde este punto de vista de la alimentación como “herramienta” para preservar la salud y prevenir la enfermedad, y en orden a conseguirlo, las tendencias actuales en investigación sobre producción y distribución de alimentos se encaminan a conseguir alimentos que cubran las necesidades de sectores demográficos específicos (niñas y niños, personas mayores, etc.), mejorar las pro- piedades (como color, sabor, etc.) y sobre todo a la creación de una política de seguridad alimentaria para evitar cualquier tipo de contaminación.