OSMOLALIDAD
Para expresar la concentración de una solución en función del número de partículas se utiliza la unidad denominada osmol en lugar de gramos. Un osmol es el peso molecular-gramo de un soluto osmóticamente activo. Por tanto, 180 g de glucosa, que es el peso molecular-gramos de la glucosa, son equivalentes a 1 osmol de glucosa porque la glucosa no se disocia en iones. Por el contrario, si un soluto se disocia en dos iones, un peso molecular-gramo del soluto se convertirá en 2 osmoles porque el número de moléculas osmóticamente activas es ahora el doble que en el caso del soluto no disociado.
Osmolalidad (osmoles/kg de agua) es por tanto la concentración molecular de todas las partículas osmóticamente activas contenidas en una solución, expresada en osmoles por kilogramo de solvente. La osmolalidad aumenta con la deshidratación (cuanto menos agua haya, mayor será la cantidad de soluto debido a la insuficiente cantidad de agua disponible para la correcta regulación de las concentraciones, al haber menos agua, menos se regulará la concentración) y disminuye con la sobrehidratación.
En las personas sanas, cuando la osmolalidad en la sangre se vuelve alta (deshidratación), el cuerpo libera hormona antidiurética (HAD). Esta hormona hace que el riñón reabsorba agua, es decir, evita la pérdida de agua, lo cual ocasiona orina más concentrada. El agua reabsorbida diluye la sangre, permitiendo que la osmolalidad sanguínea regrese de nuevo al nivel normal.
La osmolalidad sanguínea baja inhibe la HAD, reduciendo la cantidad de agua que el riñón reabsorbe. La persona elimina la orina diluida para deshacerse del exceso de agua y se incrementa la osmolalidad sanguínea.
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