Patologías biliares más frecuentes
Aerobilia
Después de una anastomosis quirúrgica coledocoentérica, una esfinterotomía o una colangiopancreatografía retrógada endoscópica (CPRE), es frecuente la presencia de gas hipodenso en el interior de los conductos biliares intrahepáticos. Estas causas de aerobilia deben ser diferenciadas de la formación de gas por bacterias anaerobias dentro de un absceso.
Fig. Importante gas intrahepático de distribución centrípeta hacia el hilio, lo que indica un origen biliar en el contexto de una importante aerobilia poastquirúrgica.
La dilatación de la vía biliar intrahepática se llama colestasis, y puede ser la consecuencia de litiasis biliar, obstrucción maligna del tracto biliar o de un carcinoma pancreático de la ampolla de Vater.
No hay que confundir las diferentes patologías con los artefactos originados en las costillas adyacentes al hígado, causados por las diferencias de atenuación entre la víscera y la costilla, es decir, un endurecimiento del haz.
Cuando no es posible tratar quirúrgicamente la causa de la colestasis, la colocación de un «stent» puede descomprimir la vía biliar obstruida.
Hidrops
La forma y el tamaño de la vesícula biliar varían según el momento en que el paciente comió por última vez. Sólo debe diagnosticarse un hidrops de la vesícula biliar ante una marcada dilatación de la misma, o sea, si su diámetro supera los 5 cm en varios planos transversales. El valor de atenuación de la bilis es, en circunstancias normales, algo mayor que el del agua (0 UH), pero puede aumentar a 25 UH si la bilis está muy concentrada.
Colelitiasis
Las litiasis de la vesícula biliar pueden presentar distintos patrones de calcificación; por ejemplo, las calcificaciones con forma de copa o anillo se ven en los cálculos de colesterol y bilirrubina. Si las litiasis obstruyen el drenaje de la vesícula o si la inflamación provoca su estenosis, es probable la formación de barro biliar, con aumento de la atenuación y sedimentación de la bilis. Los cálculos del colédoco se diagnostican con cortes finos de TC porque las litiasis de menor tamaño podrían obviarse con secciones de grosor estándar.
Fig. Tac abdominal que muestra dilatación de la vesícula con engrosamiento de su pared así como la existencia de un cálculo en su interior.
Lesiones inflamatorias crónicas
La colelitiasis puede conducir a una inflamación crónica, que dé como resultado una vesícula contraída llena de cálculos, o bien una colecistitis aguda, o un empiema vesicular (reconocible por su pared gruesa e irregular).
Los procesos inflamatorios crónicos provocan un aumento del rie
sgo de malignización. El desarrollo de una vesícula en porcelana, con patrón de calcificación «en cáscara de huevo» se considera una lesión premaligna.
Fig. La vesícula de porcelana es una calcificación difusa de la pared vesicular, secundaria a una colecistitis de larga data. Al no ser evaluable el lumen vesicular, se extraen todas por el riesgo de que tengan un cáncer.